02 Feb ¿Por qué es tan importante dehacerse de forma correcta del Amianto-Uralita?
Actualmente se registran en España entre 250 y 300 casos anuales de MPM, un tipo de cáncer de extrema mortalidad, que en un 85% de los casos se vincula a la exposición laboral al amianto durante décadas anteriores. Se estima, además, que los casos de dicha enfermedad aumentarán en España hasta el medio millar al año a partir de 2015.
La OIT calcula que anualmente fallecen en el mundo más de 100.000 personas como consecuencia de la exposición al amianto. La OMS estima que cada año se registran, únicamente en la Unión Europea, entre 20.000 y 30.000 nuevos diagnósticos de enfermedades relacionadas con el amianto y que más de 300.000 ciudadanos (más de 40.000 de ellos españoles) morirán de mesotelioma pleural en la UE de aquí a 2030. Una catástrofe que rebasa los márgenes de la salud laboral y que convierten al amianto en uno de los principales problemas de salud pública, tanto por el sufrimiento personal como por su impacto económico en los sistemas de salud nacionales.
El 1999 fue el año en que definitivamente la UE tomó medidas frente al ya más que conocido problema del amianto y las enfermedades laborales que se derivaban de su uso.
Se publica en ese año la directiva 1999/77/CE, por la que se prohíbe el uso y la comercialización de este material. Una directiva que no estuvo exenta de polémica.
Países como Grecia, Portugal y España, -los países que cuentan con importantes industrias, y que por tanto, se utiliza más el material- no aceptaron las razones científicas en las que se basaba la posición de otros Estados miembros y de la UE sobre la peligrosidad del asbesto y manifestaron públicamente los evidentes efectos económicos negativos de la prohibición.
Pese a todo, dicha normativa goza de una naturaleza de obligada transposición por parte de los Estados miembros, así que 2001 fue el turno de España. Se publica la Orden Ministerial del 7 de diciembre de 2001 donde se establece la prohibición de utilizar, producir y comercializar fibras de amianto y productos que las contengan.
Aun así, la prohibición del uso de este material no tiene efecto retroactivo sobre la salud de los trabajadores que han estado expuestos a él durante décadas y que deja todavía más de 300 víctimas anuales.
En Contenedores Celdrán fuimos conscientes que debíamos ofrecer soluciones seguras a nuestros clientes respecto a este tipo de residuo. Desde el año 2010 incorporamos a nuestras autorizaciones la de transportista autorizado para el transporte de residuos tóxicos y peligrosos. Nuestro personal está en constante formación según la normativa Europea ADR que es la que regula el transporte multimodal de mercancías tóxicas y peligrosas.
Durante varias décadas en prácticamente todas las construcciones que se realizaban este material se colocaba en forma de depósitos, tuberías, bajantes, techos, jardineras . . . etc.
Hasta que no fueron saliendo a la luz los datos sobre su impacto sobre las personas, su eliminación carecía de legislación y por tanto de protocolo.
Por suerte cada vez somos más conscientes de la importancia de gestionar de forma correcta nuestros residuos.